domingo, 27 de enero de 2013

Mantodea Novaerensis

Novaeris, más conocida  habitualmente como la ciudad de los 40 siglos, primera colonia humana fuera del planeta tierra, en el planeta Yvd7361, más conocido como Segunda Oportunidad, centro del imperio humano en la galaxia.
Durante los más de 4000 años desde su fundación la ciudad fue creciendo sobre sí misma de tal forma que llegó a alcanzar hasta los 2 kilómetros de crecimiento vertical, hallándose en sus niveles inferiores las construcciones originarias de los primeros colonos. Y es en esos niveles subterráneos, lugar poco recomendado, sede de toda clase de actividades ilegales y turbios negocios, frecuentado por ladrones, asesinos y contrabandistas, y donde no se atreven a vivir más que los deshauciados y olvidados por la sociedad, los parias de la civilización, donde podemos tener la poca fortuna de toparnos con "muerte de las sombras" como se las suele conocer popularmente entre los que frecuentan aquellos lugares.
La vulgarmente llamada mantis mendigo es descendiente de alguna mantis originaria de la tierra que desembarcó como polizón con las unidades climáticas ambientales importadas durante las últimas fases de terraformación del planeta. Este artrópodo no encontró demasiados rivales en el nuevo planeta y gracias a las extraordinarias condiciones nativas evolucionó muy deprisa hasta perfeccionar su adaptación y fisionomía a la caza de la única gran fuente de alimento que existía por aquel entonces en el planeta, los seres humanos.
De hasta 2 metros de altura, estas criaturas, cuyo aspecto se ha mimetizado con nuestra anatomía lo suficiente para pasar inadvertida entre las sombras, han aprendido a cubrirse con harapos y jirones para camuflarse entre ruinas y oscuros recovecos, haciéndose pasar por mendigos, enfermos o borrachos, donde esperan pacientemente a que algún desgraciado cometa el fatal error de ponerse a su alcance, para ser devorado todavía en vida y entre terribles dolores mientras es despedazado con avidez por las poderosas mandíbulas articuladas del depredador en algún oscuro y alejado lugar...


A veces, además de dibujar bichitos, también me invento su historia...jejeje

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