Novaeris, más conocida habitualmente como la ciudad de los
40 siglos, primera colonia humana fuera del planeta tierra, en el
planeta Yvd7361, más conocido como Segunda Oportunidad, centro del
imperio humano en la galaxia.
Durante los más de 4000 años desde su fundación la ciudad fue
creciendo sobre sí misma de tal forma que llegó a alcanzar hasta
los 2 kilómetros de crecimiento vertical, hallándose en sus niveles
inferiores las construcciones originarias de los primeros colonos. Y
es en esos niveles subterráneos, lugar poco recomendado, sede de
toda clase de actividades ilegales y turbios negocios, frecuentado
por ladrones, asesinos y contrabandistas, y donde no se atreven a
vivir más que los deshauciados y olvidados por la sociedad, los
parias de la civilización, donde podemos tener la poca fortuna de
toparnos con "muerte de las sombras" como se las suele
conocer popularmente entre los que frecuentan aquellos lugares.
La vulgarmente llamada mantis mendigo es descendiente de alguna
mantis originaria de la tierra que desembarcó como polizón con las
unidades climáticas ambientales importadas durante las últimas
fases de terraformación del planeta. Este artrópodo no encontró
demasiados rivales en el nuevo planeta y gracias a las
extraordinarias condiciones nativas evolucionó muy deprisa hasta
perfeccionar su adaptación y fisionomía a la caza de la única
gran fuente de alimento que existía por aquel entonces en el
planeta, los seres humanos.
De hasta 2 metros de altura, estas criaturas, cuyo aspecto se ha
mimetizado con nuestra anatomía lo suficiente para pasar inadvertida
entre las sombras, han aprendido a cubrirse con harapos y jirones
para camuflarse entre ruinas y oscuros recovecos, haciéndose pasar
por mendigos, enfermos o borrachos, donde esperan pacientemente a que
algún desgraciado cometa el fatal error de ponerse a su alcance,
para ser devorado todavía en vida y entre terribles dolores mientras
es despedazado con avidez por las poderosas mandíbulas articuladas
del depredador en algún oscuro y alejado lugar...
A veces, además de dibujar bichitos, también me invento su historia...jejeje
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